Parece que la noticia está causando furor. ¡Vuelve Manu Chao! ¡Manu Chao está de vuelta! Pero son todo noticias falsas. La verdad es que nunca se fue.
No se ha dejado ver mucho últimamente. Se ha refugiado en la simplicidad. Ha estado viajando con dos amigos, “nada más que tres tíos y tres palos.” Buscar lo más vital, como cantaba alegremente el oso en El libro de la selva.
Como introducción, una rumba. Se la escribió a sus vecinos. De Barcelona y otros lugares. Como un mensaje en una botella. “Viva Tú,” un momento suspendido en el tiempo.
“Viva Tú” es una celebración del otro, un mensaje de esperanza cuando el mundo entero se tambalea. Es una mano tendida. El odio está al alcance de cualquiera, pero el amor es un acto de valentía. Manu Chao sabe cuál es su lugar.
“‘Viva Tú’ es, ante todo, el amor por mis vecinos. Es una rumba que les escribí a ellos, así como a los vecinos de los demás. Va sobre aceptarte tal como eres y desde el momento en que aceptas quién eres, ¡Viva Tu!”
Como él mismo ha confesado a menudo, “el azar es el mejor artista de todos los tiempos.” Manu Chao es un coleccionista de lo que él llama “trocitos” que le llegan. Al final, esos trocitos forman una canción. Y no necesita más. Para él, los accidentes pueden convertirse en creaciones. No persigue la perfección ni una ilusión carente de errores, sino una forma de belleza libre y sin trabas.