AUTOPOIÉTICA: LA METÁFORA HECHA DISCO

El octavo disco de la compositora, productora y artista visual Mon Laferte ya está aquí. Y se trata de un universo plagado de sus obsesiones musicales, que nos permiten conocerla desde otras perspectivas, a partir de dos elementos que sirven de hilo conductor: la reinvención y la libertad creativa. 

En esta nueva etapa, Mon Laferte toma las máquinas y hace suyas bases rítmicas y samples para crear una canción que habla del juicio social y el autovalor.

El Disco

Es por eso que en “Autopoiética” podemos encontrar, entre otras propuestas, una cumbia rebajada en “Te juro que volveré”; trip-hop, mariachi y bolero en “Tenochtitlán”; referencias a la movida del tango electrónico en el interludio “Artículo 123”; un techno crudo en “Autopoiética”; una salsa con todas las de la ley en “Los amantes suicidas” y una reinterpretación impactante de “Casta Diva”, una pieza de la ópera Norma de Vincenzo Bellini, en donde reina precisamente lo mejor de aquel género docto y los guiños al dembow.

Un disco compuesto por catorce canciones que la propia artista ha definido como uno mucho más reflexivo que sus trabajos anteriores y en el que experimentó con nuevas herramientas, creando sus temas a partir de bases rítmicas o samples, volviendo así a la esencia más alternativa de los primeros años de su carrera. Esa valentía, honestidad y libertad que conduce a quien no tiene nada que perder. 

El título de su octavo disco viene del concepto de “autopoiesis”, acuñado por los biólogos chilenos Francisco Varela y Humberto Maturana en la década de los setenta para definir el proceso de automantenimiento de las células.

“Cuando estaba haciendo este álbum se instaló en mí la palabra autopoiesis y quise llevarla a este trabajo de una manera metafórica”

Tenochtitlán

“Tenochtitlán” nace a partir de tres conceptos clave: el valor propio, el juicio social y la reinvención. Un relato en el que aparecen quienes señalan, pero también aquellos que nos acompañan y ayudan a sanar.

“La canción va de cómo yo me he llegado a sentir. Podría asegurar que todas las personas hemos sido juzgadas por prejuicios, alguna vez”

A nivel de composición y producción, en “Tenochtitlán” se erigen los sonidos electrónicos, con referencias al trip-hop que han sido parte de la música de Mon Laferte en otros momentos, pero con un giro: de pronto aparecen sonidos propios del mariachi y el bolero. 

El lanzamiento se acompaña del videoclip dirigido por la realizadora audiovisual chilena Camila Grandi. La directora cuenta que entre las referencias visuales estuvieron la película “La pasión de Cristo” y las fotografías de la artista mexicana Graciela Iturbide.

“Me pareció muy interesante poder cruzar referencias de la cultura mexicana y la religión católica en este video. Investigué mucho sobre las Muxe y aquí ellas son las que preparan a Mon para su muerte. Son también quienes están con ella en todo el proceso de juicio, son ellas quienes la cobijan”

Y la presentación de “Tenochtitlán” se completa con su portada, una pintura realizada por el artista visual chiapaneco, Fabián Cháirez, cuyas obras a lo largo del tiempo se han caracterizado por cuestionar los espacios de poder, las hegemonías y la tradición. 

Mon Laferte define esta nueva etapa musical como una mucho más reflexiva que las anteriores, en la que se sumergió en diferentes sonidos y herramientas, volviendo incluso a aquella esencia más alternativa de sus primeros años, cuando editaba sus discos de manera independiente

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